Controles ambientales



Bioclimatología, energía y agua: Los termotipos presentes en la subprovincia Carpetano-Leonesa van desde el mesomediterráneo, hasta el crioromediterraneo (comprende cumbres importantes que superan en ocasiones los 2000 m), y los ombrotipos que aparecen son seco-subhúmedo, húmedo e hiperhúmedo. Posee elevada continentalidad, que aumenta de oeste.



En la subprovincia Luso-Extremadurense el clima es relativamente poco continental,y de influencia atlántica en el sector Onubo-Algarviense, siendo el resto marcadamente mediterráneo. Los ombrotipos  van desde seco a húmedo, y los termotipos desde el Termomediterráneo al Supramediterráneo. Las zonas adehesadas características de esta subprovincia , los árboles modifican el régimen de radiación, temperaturas, precipitaciones y vientos bajo su copa, originando un microclima más suavizado (Joffre et al.,1999). Ya más al sur, por el sector onubo- algarviense,  no hay apenas limitación de la radiación. Encontramos sólo este fenómeno  en algunos enclaves de montaña.
Geología, geomorfología y suelo: Algunas zonas de esta provincia biogeográfica, fueron las  primeras tierras emergidas durante el Precámbrico, formando el macizo hespérico (también llamado zócalo primario) el cual fue arrasado posteriormente, por procesos de erosión en la Era Secundaria, quedando convertido en una penillanura que constituye el zócalo de la actual meseta. Las penillanuras, forman superficies llanas o suavemente onduladas y constituyen una de las unidades de relieve principales de esta región. Están constituidas por materiales silíceos y duros como cuarcitas, pizarras, granitos, esquistos, y gneises, que son los que predominan en todo el territorio.


Fuente: Instituto Geológico y Minero de España

Otras unidades de relieve que encontramos aquí, son las sierras. El Sistema Central, surgido como consecuencia de la fracturación del zócalo paleozoico durante la orogenia alpina (era Terciaria) y los Montes de Toledo, donde también predominan sustratos silíceos (cuyo origen data de sedimentos de esqueletos silíceos animales, depositados bajo el primitivo Mar de Thetys, que posteriormente fueron elevados durante los plegamientos hercianos en la era primaria).
Por último encontramos algunas áreas menos extensas, correspondientes a las cuencas sedimentarias, en las que el zócalo paleozoico está recubierto de materiales sedimentarios terciarios sobre los que se crean los páramos calizos, y las campiñas arcillosas donde encontramos suelos tipo margas o ricos en yeso. En la depresión Miocénica del Tajo, las comunidades yesíferas  son muy frecuentes. Son suelos poco desarrollados, donde dominan iones como sulfatos, magnesio y calcio que dan lugar a una flora endémica.
Fuente: florasilvestre.es 
En el suroeste de la Península, entre el área más occidental de Sierra Morena, y la Depresión del Guadalquivir, encontramos la Faja Pirítica: una penillanura inclinada hacia el sur, donde se dan unas condiciones edáficas particulares ya que encontramos afloramientos de sulfuros polimetálicos ( pirita, galena calcopirita etc.) procedentes de la actividad volcánica ocurrida finales del Devónico.Aquí también encontramos endemismos como Erica andevalensis o brezo de las minas, incluida en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas.             




Presencia de sustratos especiales: afloramientosde   sedimentos yesíferos triásicos y miocenos, en particular desde Brea de Tajo hasta Aranjuez. En toda la provincia de Madrid y alrededores predominan los  suelos yesíferos normales. En las crestas más secas, venteadas y cálidas de toda esa comarca yesífera, los suelos de tales enclaves evolucionan menos que los de las laderas adyacentes, por lo que son más frecuentes las costras de yeso. En la subprovincia Luso-Extremadurense aparece  el distrito minero de Río Tinto,  uno de los ocho depósitos gigantes de sulfuros masivos de la Faja Pirítica Ibérica y quizás la mayor concentración de sulfuros masivos en la corteza terrestre.




Imagen: Un gran elenco de especies gipsícolas  cubren po completo los suelos yesosos. En primer plano, con flores amarillas, Phlomis lichnitis. El Regajal, Aranjuez. Flora y vegetación gipsícola, halófila y nitrófila de Madrid,FORESTA:Nº52 Especial Comunidad de Madrid.
 


En las crestas más secas, venteadas y cálidas de toda esa comarca yesífera, los suelos de tales enclaves evolucionan menos que los de las laderas adyacentes, por lo que son más frecuentes las costras de yeso. En la Provincia Luso-Extremadurense aparece  el distrito minero de Río Tinto,  uno de los ocho depósitos gigantes de sulfuros masivos de la Faja Pirítica Ibérica y quizás la mayor concentración de sulfuros masivos en la corteza terrestre.


Imagen: tripadvisor.com
Principales factores mecánicos y perturbaciones: Hemos de puntualizar que en la Provincia Carpetano-Leonesa hay  existen zonas con elevada continentalidad y estacionalidad , y temperaturas muy bajas en áreas de montaña. Por lo general, los sistemas mediterráneos han estado, y están, típicamente expuestos a perturbaciones  como las sequías intensas e incendios,  la sobre-explotación (grandes extensiones de cultivo, recolección de leña…), el pastoreo y el ramoneo (Charco, 1999; Valladares, 2004b).  

Estrés por frío/sequía: estas provincias de  están sometidas al clima mediterráneo por excelencia, con  una marcada estacionalidad  en la distribución de temperatura y precipitaciones, y una alta impredecibilidad intra e interanual. En general, los veranos son calurosos y secos, generando  un notable y característico estrés hídrico y térmico en las especies que componen estos ecosistemas. Las formaciones vegetales características  están constituidas por una variedad de matorrales y bosques dominados por especies tolerantes a la sequía, que limitan por el Norte con bosques templados que pierden la hoja durante el invierno, y por el Sur y el Este con estepas y formaciones sub-desérticas de escaso desarrollo. En el Norte y en algunas Sierras de la Provincia Carpetano Leonesa, las bajas temperaturas dan lugar a estrés por frío.Los valores termoclimaticos característicos tan extremos, impide el desarrollo de vegetación forestal o arbustiva continua en el Sistema Central. Las nieves permanentes también provocan estrés hídrico. En definitiva, tres son los factores que provocan las condiciones de estrés, los intensos y duraderos fríos invernales, las heladas tardías, y sequía estival  resultan adversas para la mayoría de los vegetales y las adaptaciones a este ambiente han conducido a que, predominen las hojas aciculares, escuamiformes, cubiertas por cutícula que resduce la transpiración, formas almohadilladas, esencias, tomento…

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