Descripción de la vegetación



Composición: Debido a la diversidad bioclimática y a la paleohistoria compleja la vegetación potencial es bastante específica, y contiene una flora antigua y rica en endemismos (Costa et al., 1998; Aguiar, 2001).

1. Subprovincia Carpetano-leonesa: Incluye las áreas, fundamentalmente supramediterráneas, de la Meseta norte silícea. Las series climatófilas más extendidas son melojares y pinares albares.  
La continentalidad presente en la subprovincia, va a influir en la vegetación que presentará.
Al estar dotada una gran heterogeneidad ambiental (grandes cumbres, extensas llanuras…), existe una elevada diversidad de la vegetación. Son exclusivos de esta subprovincia los matorrales de pedreras de alta montaña (alianza Saxifragion willkommianae) y herbazalesde orla de bosque (alianza Linarion niveae).
2. Subprovincia Luso-Extremadurense: abarca las zonas, generalmente mesomediterráneas, de la Meseta sur silícea. Se separan físicamente por el Sistema Central y sus estribaciones. Las series climatófilas con mayor representación son alcornocales y encinares. La existencia de distintos tipos de sustrato va a condicionar las especies vegetales que encontraremos en la subprovincia. Esta subprovincia posee menos diversidad ambiental que la anterior (menos tipos de hábitats, menos altitud, menos variabilidad de precipitaciones…). La flora de la subprovincia luso-extremadurense sufrió poco las glaciaciones, pues tenía vías al mar; la gran lucha se liberó con la flora atlántica en su progresión costera.
La composición de la vegetación en la provincia ibérica-occidental se describe a continuación:
1. Pastizales psicroxerófilos crioromediterráneos: engloba amplia gama de céspedes vivaces con dominio de caméfitos arrosetados y hemicriptófitos, con gran número de endemismos. Pueden aparecer también en oromediterráneo donde suelen constituir comunidades sucesionales.
2. Enebrales rastreos y piornales serranos oromediterráneos: vegetación climácica arbustiva o arbolada. Suelen ser matorrales de enebros rastreros (Juniperus communis) y piornos serranos (Cytisus oromediterraneus), con los que, en ocasiones, conviven pinos (Pinus sp., fundamentalemente Pinus sylvestris).
3. Hayedos supramediterráneos: Bosques planocaducifolios, caracterizados por el haya (Fagus sylvatica), sobre suelos fértiles y frescos, indiferentes al sustrato. En concordancia con su carácter relicto, se localizan sobre todo en los niveles superiores y lluviosos. Su metabolismo es muy alto y posee fuertes pérdidas por evapotranspiración; por ello la aridez estival limita su existencia. El carácter relicto de estos bosques determina que su destrucción sea generalmente irreversible. Por ello, y considerando el interés de la flora que albergan, son acreedores de protección.
4. Melojares o rebollares montanos y meso-supramediterráneos: formaciones arbóreas caducifolias marcescenses dominadas por Quercus pyrenaica; árbol de comportamiento silicicola, resistente a la continentalidad y a grandes fríos, que ocupa grandes áreas en la mitad occidental. El estrato arbóreo de este bosque se compone además de arces (Acer monspessulanum), castaños (Castanea sativa), serbales (Sorbus aria) y tejos (Taxus baccata); el estrato arbustivo suele estar dominado por leguminosas retamoides; en los vegetales herbáceos del sotobosque aparece Allium massaessylum, Brachypodium sylvaticum, Helleborus foetidus, Lilium martagon, Viola riviniana…entre otros.  La amplitud territorial y bioclimática de los melojares carpetanos alimenta una importante diversidad, en la que las escisiones mas fuertes son las introducidas por los gradientes pluviométricos y de continentalidad.
5. Abedulares supramediterráneos: bosques caducifolios, acidófilos, dominados por el abedul (Betula pubescens), necesita humedad en el ambiente, y es muy resistente a fríos intensos y a la continentalidad. El estrato arbóreo, se acompaña de serbales (Sorbus aucuparia) y melojos; en el estrato arbustivo es frecuente el brezo blanco (Erica arbórea) y más raro, el arándano; en el herbáceo destacan plantas como Blechnum spicant, Crepis lampsanoides, Poa nemoralis, Viola riviniana… las series de vegetación características son
6. Quejigares: formaciones boscosas en las que domina el quejigo (Quercus faginea), especie de hojas marcescentes; suele presentarse junto a encinas. Ocupan áreas de ombroclima subhúmedo o zonas umbrías, tanto en el piso meso como supramediterráneo.
7. Sabinares albares: bosques abiertos, heliófilos, poco densos, constituídos por dos estratos leñosos; en el superior (fanerófitos), domina la sabina albar (Juniperus thurifera) y en el inferíor (nanofanerófitos postrados) suelen aparecer sabinas rastreras (J. sabina) y enebros (J. communis); el estrato herbáceo, suele estar poco desarrollado. La sabina albar muestra su óptimo en las altas parameras ibéricas, aquí, las condiciones climáticas. La mayoría de los bosques sabineros actuales son reliquias de los que existieron en épocas más frías y secas del Cuaternario.
8. Encinares meso-supramediterráneos: bosques esclerófilos mediterráneos en los que domina la encina (Quercus rotundifolia). Comunidad con mayor presencia y relevancia en la provincia biogeográfica. En estado de clímax la encina constituye el componente fundamental del estrato arbóreo; el sotobosque umbrío en un encinar cerrado se compone de arbustos, generalmente perennifolios, lianas y algunas plantas herbáceas. Entre los arbustos propios del encinar podemos nombrar: Arbutus unedo, Asparagus acutifolius, Daphne gnidium, Osyris alba, Phillyrea angustifolia, P. latifolia, Pistacia terebinthus y Ruscus aculeatus; plantas trepadoras como madreselvas (Lonicera sp.), Rubia peregrina, Smilax aspera…también encontramos Arisarum vulgare, Carex distachya, Asplenium onopteris.
En función del gradiente de continentalidad se distinguen dos tipos de encinar carpetano. La serie más continental, que se halla muy extendida por el sector guadarrámico; y la serie carpetana occidental, con mayor pluviosidad primaveral y sequía estival y con contrastes térmicos que la diferencian de la anterior.
9. Alcornocales mesomediterráneos: bosques en los que el árbol dominante es el alcornoque (Quercus suber), reconocida con facilidad por el descortezado periódico a que se ve sometida para el aprovechamiento del corcho. Ocupa medios extremadamente ácidos, con su óptimo en ambientes cálidos y húmedos. En esta subprovincia aparece mezclado con encinas y en ocasiones con quejigos y melojos.
10. Fresnedas: comunidad de fresnos (Fraxinus angustifolia) al que acompañan melojos (Quercus pyrenaica), chopos (Populus nigra), sauces atrocinéreos (Salix atrocinerea), arces (Acer monspessulanum), olmos (Ulmus minor), etc. La amplitud termoclimática queda circunscrita a los pisos meso y supramediterráneo. Se instala en vaguadas con hidromorfía temporal, fondos de valle... Quizás sean las que más extensión territorial alcancen a lo largo del Sistema Central, seguidos de las alisedas.
11. Alisedas: constituyen el caso más característico del bosque inundable. En el sistema central reducidas a gargantas y cabeceras de ríos, valles, etc. Siendo junto con la sauceda atrocinérea, la formación arbórea más adyacente al curso fluvial. Son frecuentes elementos que se encuentran refugiados en estos bosques, como abedules (Betula pubescens), acebos (Ilex aquifolium), álamo (Populus tremula)…
12. Saucedas salvifolias: de porte microfanerofítico, presididas por el sauce salvifolio (Salix salvifolia), que se asienta en riberas fluviales como primera vegetación arbustiva. La etapa madura corresponde a bosquetes constituidos por sauces y algunas lianas y arbustos. Bajo éstos se desarrolla un estrato herbáceo nitrófilo pobre en especies. Las saucedas primocolonizadoras desempeñan un papel importante en la moderación de la erosión fluvial y en la retención de los materiales arrastrados por los ríos.

Ejemplos:



Vegetación en la Sierra de Guadarrama (Subprovincia Carpetano-Leonesa)

1. Jarales pringosos (Rosmarino-Cistetum ladaniferi);
2. Encinares (Junipero-Quercetum rotundifoliae);
3. Jarales supramediterráneos (Genisto-Cistetum laurifolii);
4. Fresnedas (Fraxino-Quercetum pyrenaicae);
5. Retamares (Adenocarpo-Genistetum floridae);
6. Melojares (Luzulo-Quercetum pyrenaicae);
7. Hayedos(Galio-Fagetum sylvaticae);
8. Pinares rojos (Junipero-Cytisetum purgantis);
9. Prados de Nardus stricta;
10.Pastizales alpinos (Hieracio-Festucetum summilusitanae).


Vegetación existente en la subprovincia en la Sierra de la Madrona (Subprovincia Luso-Extremadurense).
1. Dehesa de Pyro-Quercetum rotundifoliae con prados de Poa bulbosa - Trifolium subterraneum;
2. Encinares con lentiscos(Pyro-Quercetum rotundifoliae);
3. Alcornocales (Sanguisorbo-Quercetum suberis);
4. Melojares supramediterráneos (Sorbo-Quercetum pyrenaicae);
5. Melojares mesomediterráneos (Arbuto-Quercetumpyrenaicae);
6. Quejigares de fondo de valle (Phillyreo-Quercetum broteroi);
7. Encinares típicos (Pyro-Quercetum rotundifoliae).


Cabe destacar la importancia de endemismos de la zona central y centro-occidental de la Península Ibérica, en concordancia con la adscripción biogeográfca del territorio estudiado (provincias biogeógraficas Luso-Extremadurense y Carpetano-Ibérico-Leonesa). Gran parte de los endemismos recolectados corresponden con elementos que sólo habitan en zonas montanas (supramediterráneas) de la Península Ibérica. Algunos de ellos son: Isatis platyloba; Ionopsidium abulense; Pedicularis comosa L. subsp. schizocalyx ; Armeria rothmaleri (carpetano-leoneses); y Ophrys apifera var. almaracensis; Scrophularia schousboei; Erodium mouretii; Iris lusitánica; Aristolochia pallida subsp. Castellana; Armeria genesiana subsp. belmontae…(luso-extremadurenses).


Estructura: En la provincia Mediterránea-Ibérico-Occidental, del mismo modo que en el bioma mediterráneo, predominan los hemicriptófitos y fanerófitos, árboles y arbustos siempreverdes con hojas esclerófilas (pequeñas, tejidos mecánicos que al doblarlas se rompen, cutículas gruesas, frecuente pilosidad,…), como podemos observar, las series de vegetación predominantes poseen una estructura tipo bosque (bosque de encinas, bosque de alcornoques…)
Los caméfitos predominan junto a los fanerófitos y hemicriptófitos, este biotipo, ( junto con el hemicriptófito), es propio de los matorrales mediterráneos, característicos de dicho bioma, como podemos comprobar (al igual que el caso de los hemicriptófitos), en las descripciones de las diferentes series de vegetación.
Una característica fundamental, es la abundancia de plantas aromáticas: estas poseen aceites inflamables, para defensa frente a  herbívoros, como adaptacion a la xericidad (generación de un microclima) alelopatía …

Funcionamiento: Los tipos funcionales  a nivel de individuo son:
-Caducifolios de clima templado: En lugares donde la aridez estival es baja pero el frío invernal es alto,  paisajes con dominio de árboles caducifolios que sólo sufren un periodo de estrés al año en invierno. Son plantas heteromorfas estacionales; Perennifolios isomorfos estacionales:  Dominan a medida que aumenta el estrés estival, con  aspecto y cantidad de follaje verde similares durante todas las estaciones del año, por lo que mantienen la tasa fotosintética, con la única excepción  de los períodos de estrés muy severo. Esta estrategia no  se ajusta perfectamente a la fuerte estacionalidad del clima mediterráneo ya que requiere costosos mecanismos de evasión del estrés para mantener una importante cantidad de biomasa transpirante durante los períodos desfavorables; Perennifolios heteromorfos estacionales: Dominan cuando el estrés estival es muy alto. Son  caméfitos  que suelen presentar dimorfismo foliar en diferentes tipos de ramas y  hojas capaces de enrollarse en verano y recuperar su forma normal al rehidratarse.
 Las especies siempreverdes y de arquitectura permanente, como Q.ilex o Q. coccifera, son tolerantes ( y no “evitadoras”) del estrés lumínico y presentan  un rendimiento fotosintético sostenido durante todo el año, en lugar de maximizar el rendimiento en los periodos favorables del año. Estas especies, aunque han sido consideradas paradigma de la adaptación al clima mediterráneo, presentan balances negativos de carbono  que podrían estar determinados por la mala eficiencia fotosintética de este tipo de hoja, tanto en su componente estructural como fisiológica. Sin embargo, las caducifolias  evitan las condiciones adversas del invierno perdiendo la hoja,  manteniendo una actividad metabólica muy baja. Pero durante el verano sufren una mayor pérdida de agua y son más sensibles a la sequía que las perennifolias. Su mayor ventaja radica en las hojas, con área específica foliar elevada, tienen mayor capacidad para adquirir energía solar y dióxido de carbono, obteniendo una mayor ganancia de carbono (mediante la fotosíntesis) (Wright et al.2004)

Algunos tipos funcionales de ecosistemas serían: dehesas, pastizales mediterráneos, bosques de coníferas mediterráneas, maquías y garrigas.

En cuanto a los sumideros de Carbono, Andalucía, Extremadura, Castilla-León, Castilla-La Mancha pertenecen a la red española de ciudades por el clima, ya que se consideran que ha producido un importante incremento de C Fijado por sus bosques en los últimos 20 años.
En términos de productividad, encontramos  tres Parques Nacionales de los más productivos: Monfrague, Cabañeros y Guadarrama, teniendo en cuenta que cuanto más al Norte se localizan, más productividad tienen. 

Algunos de los endemismos mencionados:


Isatis platyloba Fuente: http://florasierraguadarrama.blogspot.com.es/p/flora-amenazada.html



Ophrys apifera var.almaracensis. Fuente: micologia.net




 Iris lusitanica Fuente:pacificbulbsociety.org

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