Principales series
de vegetación
Sucesión: A continuación vamos a hablar de
las dinámicas de sucesión algunas de las series más representativas:
-
Encinares: la sequia favorece su expansión altitudinal a costa de otros
bosques competidores de mayores exigencias ómbricas, como son los melojares. La
propia encina en forma arbustiva suele constituir el primer manto forestal o
los estadios preforestales de garriga. El encinar abre paso a las formaciones
arbustivas retamoides. Sobre suelos decapitados se instalan jarales pringosos
con cantueso pedunculado o jarales de estepa en algunas zonas, los pastizales
vivaces de la serie corresponden sobre todo a lastonares y berceales.
-Melojares: Las pautas dinámicas de estas
series guardan grandes relaciones. Las orlas arbustivas son abundantes por la
explotación pastoral extensiva o las talas. El matorral de los suelos
decapitados por la erosión corresponde a jarales y cantuesales y brezales.
-Alcornocales:
La dinámica regresiva lleva a altifruticetas de madroños (Arbutus unedo),
olivillas (Phillyrea angustifolia), brezos arbóreos (Erica arborea) y lentiscos
(Pistacia lentiscus) que constituyen la orla preforestal y primera etapa de
sustitución.En los claros de este matorral y como etapa serial se desarrollan
jarales-brezales.
-Sabinares: Actualmente
muestran una distribución fragmentaria y disyunta, que evidencia síntomas de
retroceso frente a los bosques de Quercus.
-Fresnedas: Las talas selectivas han dado
lugar a fresnedas adehesadas donde el melojo es prácticamente inexistente o ha
quedado relegado a sotos o linderos. La tala y el aclareo al que se ha sometido
este tipo de bosque para favorecer el desarrollo de pastizales explican la
abundancia de elementos propios de las orlas arbustivas espinosas y
escionitrofilas.
Ecología del
paisaje: El paisaje vegetal de la provincia se caracteriza por la
ausencia en grandes extensiones de vegetación natural. El tradicional manejo del bosque ha ido transformándolo en
“dehesas”, en las que los pastizales adquieren gran importancia por su
extensión y aprovechamiento. Cabe decir, por su elevada relevancia, que
la vegetación real difiere mucho de la vegetación potencial de la zona, ya que
la mayor parte del uso del suelo está centrado en pastizales y dehesas, es decir, existen grandes extensiones de
cultivo de cereal, así como aprovechamiento ganadero.
En la provincia encontramos presente la destrucción de hábitats derivados
de los cambios de uso de suelo para agricultura y ganadería, lo que va a ser un
determinante a la hora de definir la composición de la vegetación que
actualmente se encuentra aquí. La destrucción de hábitats se traduce en la
fragmentación del paisaje, lo que conlleva a un aumento del aislamiento entre
los distintos parches, provocando pérdidas de conectividad y por tanto, de
funcionalidad ecosistémica.
Por otra parte, en la provincia
encontramos algunos parches-isla o hábitat isla naturales, como son los
afloramientos de yesos en Aranjuez, y la presencia de materiales de la faja
pirítica, esto da lugar a los fenómenos esperados por la teoría de la
biogeografía de islas (MacArthur y Wilson, 1967). También cabe decir que entre
las zonas de cultivo, aparecen manchas de vegetación natural, que actúan como
corredores funcionales o como stepping stones, favoreciendo la conectividad en
algunas partes donde la fragmentación aún no es extrema.
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